Estudio revela que pese a los obstáculos y limitaciones legales este tipo de organización ha logrado crecer y hacerse un espacio, representando hoy el 10,8 por ciento de los sindicatos de base del país.
Una reciente investigación de la Dirección del Trabajo (DT) escudriñó en la realidad de los sindicatos interempresa en el país, constatando que a pesar de muchas dificultades estas organizaciones han sido las de mayor crecimiento dentro del mundo sindical.
En efecto, según Rodrigo Henríquez, autor de la investigación, estos sindicatos aumentaron en el 115 por ciento en el período 1991-2015, “siendo la organización sindical de base que más ha crecido desde el retorno a la democracia”.
Este fenómeno va aparejado en el mismo lapso con un crecimiento del 58 por ciento de la masa laboral afiliada a ellos, sumando en el año 2015 un total 147.323 trabajadores. Porcentualmente, ellos significan el 14,1 por ciento de los socios de sindicatos a nivel nacional.
En cuanto a las organizaciones mismas, existen 1.235 de estos sindicatos, representando el 10,8 por ciento del total de estas organizaciones.
Estas cifras, sin embargo, son parte de una realidad sindical todavía con mucho margen de crecimiento, dado que hoy la tasa de sindicalización general es del el 14,7 por ciento mientras que la cobertura de las negociaciones colectivas apenas supera el 8 por ciento.
Henríquez describe que “estos sindicatos se encuentran presentes en una amplia gama de sectores y actividades económicas, y aunque resulta impreciso estimar su distribución (ya sea geográfica o por rama económica-productiva), se observa una creciente tendencia a formar nuevos sindicatos en sectores como el de servicio, o incorporando empresas con baja sindicalización a sindicatos interempresa ya constituidos”.
La investigación de Henríquez abarcó a supermercados e hipermercados, montaje industrial y obras civiles y panaderías.
El estudio revela que los sindicatos interempresa han logrado a veces superar la legalidad vigente, negociando a la vez con más de una empresa, “superando la voluntariedad de sus respectivos empleadores”, mostrando “una capacidad basada en una fuerza sindical para superar la restricción de la norma actual”.
Esta realidad será parcialmente distinta a contar del próximo 1° de abril cuando empiece a regir en propiedad la Ley N°20.940 que moderniza el sistema de relaciones laborales.
Henríquez recuerda que esta reforma “abrirá un amplio y legítimo espacio de posibilidades para que los trabajadores logren negociar mejoras en sus remuneraciones y condiciones laborales en más de una empresa”.
Es así como en las empresas grandes y medianas estos sindicatos ya no dependerán de la voluntad de los empleadores para negociar colectivamente, aunque esta nueva posibilidad solo podrán ejercerla dentro del ámbito de la empresa. En las pequeñas y micro, en cambio, las posibilidades de negociación seguirán dependiendo de la voluntad de los empleadores.
Finalmente, el investigador deja abierta la interrogante sobre los efectos prácticos que en la conducta de los dirigentes sindicales tendrán los requisitos de la nueva ley para los quórum de constitución de sindicatos y la protección legal vía fuero.